PROBLEMAS CAUSADOS POR LA SUPERPOBLACIÓN

EL PROBLEMA O... MEJOR DICHO, LOS PROBLEMAS 

El 45% de la población mundial vive en áreas urbanas. Pero, las materias primas alimentarias se generan, en su inmensa mayoría, fuera de las ciudades. En todas las ciudades de países ricos y pobres (especialmente en las grandes) conviven áreas de pobreza al límite de la supervivencia. No obstante, la migración a las ciudades se produce y se seguirá produciendo debido a que las condiciones de vida en aldeas rurales no suelen ser mucho mejores que en esas bolsas de pobreza y, además, las posibilidades de mejorar son escasas, mientras que en las ciudades esas posibilidades aparentan ser mayores.
La población de África se incrementa en 1 millón de personas cada 3 semanas. Se espera que se doble su población en el 2025. Este crecimiento causa graves problemas que se juntan a los ocasionados por el alto número de refugiados (Congo, Ruanda, Irán, Kosovo...) que suelen vivir en zonas con escasos servicios pero provocando graves daños. Los problemas derivados de esto son abuso de la riqueza natural, causando deforestación (en África se planta un árbol por cada 29 que se cortan), desertización, contaminación de aguas que no se depuran, escasez de agua, expansión de enfermedades, destrucción de la vida salvaje...
La población mundial tiene una esperanza de vida media de unos 65.4 años, pero está desigualmente repartida por países y por sexos (67.6 para las mujeres y 63.2 para los hombres). Mientras que en los países ricos las mujeres tienen una esperanza de vida de unos 5 años más que el hombre, en los países pobres esa ventaja de las mujeres se reduce a unos 2 años. Por países, los de mayor esperanza de vida media son: Japón (80.0), Islandia (79.0), Canadá (79.0), Martinica (78.8), Suiza (78.6), Suecia (78.5), China con Hong Kong (78.5), Australia (78.2), Italia (78.2) y Noruega (78.1). Los países con menor esperanza de vida son: Sierra Leona (37.2), Malawi (39.3), Uganda (39.6), Zambia (40.1), Ruanda (40.5), Burundi (42.4), Etiopía (43.3), Zimbabwe (44.1), Burkina Faso (44.4) y la República Centroafricana (44.9). Entre Japón y Sierra Leona hay una diferencia en la esperanza de vida de más de 42 años.
Carl Sagan (1934-1996), doctor estadounidense en astronomía y astrofísica muy laureado por su trayectoria como científico y escritor y al que recientemente se le ha dedicado un cráter de 95 km. de diámetro cerca del ecuador de Marte, en su obra póstuma "Miles de Millones" ("Billions and billions", 1997) asevera que "nos hallamos claramente en una fase de abrupto crecimiento exponencial" y que "si el periodo de duplicación se mantiene constante, dentro de 40 años habrá 12.000 millones; dentro de 80, 24.000 millones; al cabo de 120 años, 48.000 millones... Sin embargo, pocos creen que la Tierra pueda dar cabida a tanta gente".
Pero no hay que irse al año 2120 para ver los problemas, pues los problemas los tenemos ya aquí, adoptando muchas formas, pero con las mismas raíces basadas en el abuso y la riqueza de unos pocos, apoyada en la pobreza de muchos y en graves daños medioambientales que nos afectan a todos. Un problema es que esa "riqueza de unos pocos" se refiere a unos "pocos" en comparación con la población mundial, pero son"muchos" si lo que miramos es el daño que hacen con ese uso abusivo de esa "riqueza".
Todos los indicios incitan a pensar que el abrupto crecimiento demográfico actual será, en un futuro, mucho más problemático que el ya pasado, pues estamos hablando de una población mucho mayor en un mundo mucho más gastado (escasez de materias primas, fósforo, petróleo...) y más deteriorado (contaminación de mares, ríos, aire...), que pueden hacer estallar problemas de muy diversa índole (sociales, políticos, alimentación, energía...). Por ejemplo, aplicar técnicas de agricultura moderna en todos los terrenos de cultivo mundiales supone un gasto en petróleo, fósforo (para abonos) y otras materias primas que hace que no sea viable, por la escasez de algunas de estas materias y por las consecuencias de su uso abusivo. Es muy posible incluso, que muchos de los problemas que surjan en el futuro por estas causas, sean imposibles de imaginar hoy.
La capacidad del mundo es muy discutida. Mientras algunos ponen el tope en 8 billones, otros hablan de 50 billones, pero, eso sí, alimentados a base de pan y agua. El físico italiano Cesare Marchetti habla de un billón de personas alimentadas exclusivamente con comida sintética y usando principalmente energía nuclear. Los más realistas no se plantean ese problema, sino que se cuestionan de qué sirve que la población actual pueda ser teóricamente alimentada si, en la práctica, todos los días mueren miles de personas por el hambre, una persona cada 3.6 segundos y el 75% son niños, según el programa de las Naciones Unidas para la alimentación mundial .
Las causas de esta tragedia no son la falta de alimentos en sí misma sino que suelen ser problemas económicos, políticos y bélicos. Podría, aumentarse la producción de alimentos en esas zonas, aplicando técnicas modernas pero esto requiere el consumo de unas materias primas (energía, fertilizantes, insecticidas...) con la contaminación que ello acarrea y la subida de precios que sufrirían al haber mayor demanda. Probablemente, si se resolviera ese problema la población de los países pobres podría producir suficiente comida, pero su situación podría agravarse pues su crecimiento exponencial traería, casi sin duda, luchas por las tierras, por la vivienda e incluso su crecimiento económico podría llevar a que muchos terrenos de cultivo se perdieran para dedicarse a la industria (algo muy frecuente en países desarrollados). También hay que tener en cuenta las desventajas de extender la agricultura intensiva y los grandes monocultivos que tienden a disminuir la biodiversidad y a que las consecuencias de las plagas sean peores, lo cual, se pretende resolver utilizando más insecticidas. No hacen falta grandes demostraciones para ver claro que el abuso de los insecticidas es perjudicial para la salud humana, para los ecosistemas, para la calidad del agua y para muchos más factores, pero una agricultura ecológica es, en principio, menos productiva y más laboriosa que la agricultura intensiva moderna. La disyuntiva está entre producir mucho alimento y producirlo de buena calidad.



Encima, en el sistema actual, para producir (lo que sea) se requiere energía. El control de la energía ha sido el que ha permitido el desarrollo tecnológico e industrial del hombre y ha hecho disponer hoy día, en algunos países, de situaciones de bienestar inimaginables hace apenas unos años. Si se dispusiera de toda la energía que se quisiera el problema sería menor y muy diferente, pero todo lo dicho se debe, principalmente, al uso de energías fósiles (carbón, petróleo, gas...) que son finitas y contaminan muchísimo. La energía eléctrica suele producirse en centrales térmicas, quemando carbón o petróleo, o nucleares, con sus riesgos y la generación de residuos radiactivos. Más adelante, volveremos a hablar sobre la energía.